Si el CO2 sigue aumentando, veremos más fenómenos meteorológicos extremos.
Un nuevo temporal, en esta ocasión de viento, se ha abatido sobre la península Ibérica, dejando un trágico balance de muertos, heridos y grandes perdidas económicas en todo el norte y el este. El último temporal se suma a la cadena de desgracias que llevan ocurriendo desde hace tiempo y que se han intensificado durante el último año. Podríamos recordar algunos fenómenos extremos de los últimos meses: las inundaciones de Coslada, Ceuta y Melilla, la tremenda granizada en Madrid y Segovia y los destrozos por el oleaje en Barcelona y A Coruña.
El calentamiento global influye en estos fenómenos en forma de probabilidad, no de porcentaje, es decir, no podemos decir si el calentamiento hizo que las rachas de viento fueran de 180 km/h en lugar de 160km/h si éste no se hubiera incrementado durante el siglo XX. Pero, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que las probabilidades de que ocurran de forma más frecuente se incrementan con cada décima de grado que aumente la temperatura media global.
Por ello, ante la emergencia que se nos plantea para futuros eventos, la asociación Globalízate exige al gobierno una reunión inmediata con los climatólogos y expertos en el tema, sindicatos, organizaciones sociales y otros partidos políticos para avanzar en un futuro pacto de Estado que nos permita hacer frente a estos fenómenos y al cambio climático previsto.
Este temporal ya ha pasado y debemos prepararnos para el futuro. Éste pasa por hacer una disminución neta de nuestras emisiones de gases invernadero antes que usar los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), la inversión pública en energías renovables, dotar de más fondos a los investigadores de la climatología y la meteorología para prevención y adaptación a los futuros cambios y por supuesto, debería contar con la participación de los grupos sociales que de forma más activa llevan trabajando en la concienciación colectiva sobre el cambio climático.
No hace falta que busquemos un fenómeno extremo como prueba de que el calentamiento global existe. Las evidencias científicas en este sentido son irrebatibles. La cuestión que debemos plantearnos es: ¿Cómo haremos frente a los fenómenos meteorológicos extremos derivados de un futuro calentamiento de dos grados centígrados en la temperatura media global del planeta?
Un nuevo temporal, en esta ocasión de viento, se ha abatido sobre la península Ibérica, dejando un trágico balance de muertos, heridos y grandes perdidas económicas en todo el norte y el este. El último temporal se suma a la cadena de desgracias que llevan ocurriendo desde hace tiempo y que se han intensificado durante el último año. Podríamos recordar algunos fenómenos extremos de los últimos meses: las inundaciones de Coslada, Ceuta y Melilla, la tremenda granizada en Madrid y Segovia y los destrozos por el oleaje en Barcelona y A Coruña.
El calentamiento global influye en estos fenómenos en forma de probabilidad, no de porcentaje, es decir, no podemos decir si el calentamiento hizo que las rachas de viento fueran de 180 km/h en lugar de 160km/h si éste no se hubiera incrementado durante el siglo XX. Pero, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que las probabilidades de que ocurran de forma más frecuente se incrementan con cada décima de grado que aumente la temperatura media global.
Por ello, ante la emergencia que se nos plantea para futuros eventos, la asociación Globalízate exige al gobierno una reunión inmediata con los climatólogos y expertos en el tema, sindicatos, organizaciones sociales y otros partidos políticos para avanzar en un futuro pacto de Estado que nos permita hacer frente a estos fenómenos y al cambio climático previsto.
Este temporal ya ha pasado y debemos prepararnos para el futuro. Éste pasa por hacer una disminución neta de nuestras emisiones de gases invernadero antes que usar los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), la inversión pública en energías renovables, dotar de más fondos a los investigadores de la climatología y la meteorología para prevención y adaptación a los futuros cambios y por supuesto, debería contar con la participación de los grupos sociales que de forma más activa llevan trabajando en la concienciación colectiva sobre el cambio climático.
No hace falta que busquemos un fenómeno extremo como prueba de que el calentamiento global existe. Las evidencias científicas en este sentido son irrebatibles. La cuestión que debemos plantearnos es: ¿Cómo haremos frente a los fenómenos meteorológicos extremos derivados de un futuro calentamiento de dos grados centígrados en la temperatura media global del planeta?
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